30 abr 2012

Mona acosada

Ataques sufridos por la Mona Lisa

(domingo 29 de abril de 2012)
La Mona Lisa, la Gioconda, es una de las obras más importantes de la historia del arte y posiblemente la más famosa y reconocida del arte occidental. En la actualidad es también un icono cultural y quizás por ello las visitas al Louvre para disfrutar de ella son innumerables, aunque también tiene esta atracción su lado oscuro. La obra de Leonardo Da Vinci ha sufrido algunos deterioros a lo largo de su historia, en ocasiones debido a la imprudencia y en otros debido a ataques directos. Son estos últimos de los que voy a hablarles hoy.

Comenzamos este breve repaso por el robo que sufrió la obra en el año 1911 (historia que les contaré en detalle otro día). El 21 de agosto de aquel año un hombre llamado Vicenzo Peruggia se llevó la obra del Louvre y la ocultó durante dos años. Todo aquel tiempo Peruggia, italiano, ocultó el cuadro en su apartamento y fue descubierto cuando se puso en contacto con la Galería de los Uffizi, de Florencia, otra de esas pinacotecas clave, como el Louvre, para venderle la Gioconda. Su motivación, según parece, era devolver la obra a donde debía estar, su origen: Italia. Si no me equivoco, y hablo de memoria, no hace mucho que se descubrió que Perugia había dejado una pequeña mancha en el cuadro. No es de extrañar ya que la obra estuvo metida en armario repleto de cosas.

En 1956 volvió a ser dañada. En este caso un hombre roció con ácido la obra dañando su parte inferior y el 30 de diciembre de ese mismo año un pintor boliviano llamado Ugo Ungaza Villegas tiró una piedra contra la Mona Lisa dañándola ligeramente a la altura del codo izquierdo. Un mal año, 1956, para el cuadro de Da Vinci. Pero no acaban aquí los ataques vandálicos contra la Gioconda. En 1974 una mujer usó un spray de pintura roja contra la obra mientras estaba expuesta en el Museo Nacional de Tokio, aunque sin dañarla. Supongo que no lo hizo a la distancia adecuada.

Todo esto llevó a los responsables a decidir que la obra no saldría nunca más del Louvre y a protegerla en aquel lugar con un cristal blindado a pruebas de balas. ¿Excesivo? Quizás, pero en 2009 se salvó gracias al cristal. Una mujer rusa lanzó una taza que había comprado en el propio museo contra la obra, pero no consiguió nada ya que el cristal blindado hizo su trabajo.

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