30 may 2012

Humores

Para gustos, los humores



¿El humor es síntoma de inteligencia? 
Depende, porque alguien haciendo bromas sobre pedos o chistes racistas no parecería particularmente inteligente. Sin embargo, alguien con una fina ironía sería capaz de ganarse la admiración en cualquier reunión social ¿El humor es una forma de caer simpático? Depende, porque si en tu primera cita alguien empieza a hacer chistes de penes seguramente se convierta también en tu última cita con esa persona.
El humor tiene varias clases que, según algunos, se relacionan con colores. Hay tipologías que concuerdan, otras que citan humores que jamás habrás escuchado… la cuestión es que hay cosas que a unos les hacen gracia y a otros no. Y claro, cada cosa tiene sus características. ¿Quieres saber qué humor va contigo?
Humor amarillo. Éste es el más típico, el que más ejemplos tiene a nuestro alrededor. O al menos del que más ejemplos se me ocurren, así que será cosa de que va conmigo. Es el más ácido, en ocasiones sarcástico o cínico. Aquí caben desde ‘Los Simpson’ a ‘House’, con una enorme escala en medio. Los monologuistas en general encajan bien aquí.


Humor blanco. Esto puedes verlo sin problemas. El humor blanco agrada hasta a la gente más sensible porque no se mete con nadie ni insulta veladamente a colectivo alguno. Los programas de recopilaciones de vídeos, o los niños haciendo cosas graciosas son buenos ejemplos. Hay que ser un desalmado para no sonreír con este vídeo. Aunque posiblemente haya que ser un desalmado para grabar a tu hijo haciendo esto y subirlo a YouTube. Si en unos años te aparca en un asilo no te quejes.


Humor azul. Es un humor raro, el que se usa para adular a alguien. Realmente no sé si el ejemplo que incluyo entraría bien aquí, porque el protagonista es Buenafuente, artista de la ironía, y fue el monólogo de homenaje tras el fallecimiento de su amigo, el también humorista, Pepe Rubianes.


Humor negro. Es posiblemente el más ofensivo, el que se burla de la muerte, las enfermedades o de cualquier ser generalmente indefenso con especial crueldad. Hace gracia en parte por lo absurdo del planteamiento. Si viendo este vídeo te ríes es que va contigo. Si te ofendes, más bien no. Aviso: son chistes ofensivos, así que si ves posible que te ofenda, ahórrate el trago y ahórranos las críticas.


Humor seco. Es ese en el que quien cuenta el chiste lo hace hablando en serio. O al menos lo finge. Señores de gesto serio diciendo cosas mientras los otros se ríen, toda una escuela. Pero como en toda escuela, siempre hay un maestro: Eugenio.


Humor absurdo. El rollo posmoderno que tanto gusta. Los fans de este humor deben mucho a los Monty Python, pero en España hemos tenido también sus versiones. De más a menos inteligentes estarían Chiquito de la Calzada, Muchachada Nui y otro maestro, Gila. Las películas también tendrían una grabación similar, desde las de Leslie Nielsen (y sucedáneos) hasta la grandiosa ‘Top Secret’: un mito.


Humor bruto. Otra ración de ofensas. Chistes machistas, chistes sexistas, chistes que ofendan a cualquier colectivo son bienvenidos en este indeseable rincón. Aunque no lo confesemos, todos nos hemos reído con alguno, la cuestión es encontrar el colectivo adecuado… y tener sentido del humor. Para romper con los tópicos, un monólogo de Eva Hache metiéndose con los hombres.


Caricatura. Hay quien se dedica a imitar a otros, caricaturizarles y estirar a sus personajes hasta la parodia. Martes y 13, por ejemplo, eran expertos. O José Mota, con su grandiosa imitación de Rubalcaba en la última gala de Nochevieja. Pero yo me quedo con un clásico.


Humor marrón. Le llaman así por motivos obvios, aunque el común de los mortales lo conocemos como humor escatológico o, si no eres un tipo versado como el que suscribe, “sal gorda” para los amigos. Es toda aquella broma basada en cosas que suelen dar asco. Hay un montón de ejemplos, pero ‘Padre de familia’ es un buen exponente. Si te divierte es que va contigo, si te da ganas de vomitar, pues no. Si acabas de comer por si acaso no lo veas, no vaya a ser que…


Humor verde. Este seguro que lo conoces. Es el relacionado con el sexo, y le separa una fina línea de lo escatológico en algunos casos. Advertencia: no es que tengas que excitarte con los chistes, esa no es la finalidad. La idea es que te rías con lo que dicen. Un buen ejemplo es un vídeo de Chivi, un cantautor de temática sexual. Si te ríes y empiezas a buscar su discografía en Spotify es que te gusta. Si paras en el  segundo verso porque te parece una barbaridad, va a ser que no. Si tienes una profunda vocación religiosa o crees que un calendario de Pirelli es una ofensa casi mejor que no le des al play. Quien avisa…

Carlos Sanz

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